TESTIMONIOS DE LOS PEREGRINOS DEL “CAMINO DE SANTIAGO” 2013.

Como ya se hace de costumbre, los padres Asuncionistas han organizado una peregrinación a la tumba del Apóstol Santiago, del 08 al 15 de Julio. 

PROGRAMA:

Presentamos aquí los testimonios de algunos participantes y ...

 ...GALERÍA DE FOTOS


Testimonio del Sr. Federico, De la Parroquia N. S. Reina del Cielo.

El encendido relato que me hizo mi mujer sobre la película "The Way", testimonio de la aventura del camino de Santiago, emitido por televisión, fue lo que me movió a realizar, junto a ella, esa peregrinación hace unas pocas semanas. En busca, como tantos, de mi propio yo y de la paz de conciencia, me integré a un grupo de convivencia de nuestra parroquia que, partiendo de Sarria tenía el proyecto de arribar a Santiago.

El rasgo más profundo y aleccionador de ese conjunto de peregrinos durante los cinco días de marcha fue la difícil sencillez y la fluidez de nuestras relaciones, en las que no existieron barreras de sexo, raza ni edad, y en donde a las jóvenes guirnaldas de una adolescencia bulliciosa y pura se asociaba el contrapunto de una madurez recogida en sí misma y discretamente vigilante.

No me imagino la vida cotidiana de las primeras comunidades cristianas del Nuevo Testamento de otra manera que como la distribución y el reparto fluidos, espontáneos, equitativos y alegres de las viandas que, sobre las improvisadas mesas de los albergues, llegaban a nuestras bocas.

En cuanto a mi mujer y a mí concierne, el camino de Santiago ha supuesto la bienhechora apertura de un paréntesis que, ella y yo, nos esforzamos, día a día, porque no se cierre nunca y en el que cobijamos a las recientes víctimas de una técnica acelerada, beneficiarias - así lo deseamos - por lo inesperada y prematura, de una anticipada salvación eterna.  


Testimonio de la Sra.Yolanda Díaz, Catequista de la Parroquia Asuncionista Santa Teresita de Leganés y una de las madres que hicieron el camino con sus hijos.

Tan buena fue la experiencia, que no paramos de recomendarlo desde que volvimos.

Yo personalmente ya tengo muy claro que lo volveré a repetir.

La idea preconcebida que llevas de simplemente "caminar" o intentar llegar a Santiago en las mejores condiciones físicas posibles cambia por completo desde el primer día.

Desde el momento en que conoces a las personas del grupo con el que vas, y como en las diferentes etapas del camino, coincides, hablas, ayudas, te ayudan.... da igual que el camino sea cuesta arriba o interminable, da lo mismo si tienes ampollas o varios dolores... De hecho, tengo que esforzarme en recordarlos, porque lo que tengo en la mente son los bosques, el olor de los eucaliptos, el saludo espontáneo: "Buen camino", las flechas amarillas, las aldeas y senderos, la parejita que el día anterior te preguntó: "¿cómo lo llevas? y que el tercer día sabes ya hasta donde viven...

¿Qué decir de los propios componentes de nuestro grupo?  Desde  jóvenes para quienes, según sus comentarios, todo fue genial, muy divertido, maravilla de paisajes y de conocer y compartir, y todo esto sin tele, ni juegos y casi ni móvil, porque se usaba mucho menos...

Las celebraciones y ratitos de oración, que hacen que nuestro espíritu se eleve por encima del "monte do Gozo" mientras escuchamos la nueva canción que han aprendido y no precisamente en español, sino en kikongo,... Compartir temas donde somos capaces de expresar lo que, seguro, en otro entorno sería imposible...

El corazón vuelve mucho más grande, porque ya van dentro los nuevos amigos y las preciosas vivencias junto a ellos de este "camino" que ahora nos toca trasladar a la vida cotidiana.

Resumiendo, para terminar, tengo la sensación de que el camino te da más, de lo que tú puedes ofrecer...


Testimonio de Pilar Goróstegui, joven de la Parroquia N. S. Reina del Cielo.

 ¡Buen Camino!

“Buen Camino”. Así saludaba a cualquier peregrino que me encontraba. Dos simples palabras que repetía constantemente durante el Camino de Santiago.

No lo hice sola. Estuve acompañada por un grupo de personas maravillosas. Veníamos de distintas parroquias asuncionistas: de Reina, íbamos 5 personas; de Sta. Teresa (Leganés) 12 y de Elche, 1. En total éramos 18 personas.

Al inicio del Camino, no nos conocíamos de nada. Era la primera vez que nos veíamos y además teníamos edades muy diversas (desde los 13 hasta los 75 años), pero, debo reconocer que, al final de este bendito Camino, fuimos una piña. ¿Por qué? Porque nos ayudábamos: si teníamos ampollas, nos prestábamos tiritas. Si te dolía la rodilla, ahí estaba alguien para darte una rodillera. Magníficas personas, todas y cada una de ellas. Pero, además de todo esto, para mí, donde la palabra “ayudar” tomó todo su significado máximo, fue durante las horas y horas que anduvimos para recorrer cada etapa del día.

El Camino te permite conocerte y conocer a muchas personas, riendo con unos y charlando con otros. Aunque también hay momentos de silencio. No todo es ruido. El silencio me ayudó a sentir que Jesús también hacía el Camino conmigo.

En cuanto a la organización solo puedo decir que fue perfecta. Los sacerdotes que iban con nosotros (Jean Baptiste Migheri, Jean-Claude Kamabu y Juan Antonio Sánchez) siempre estaban ahí para lo que quisiéramos. Y si alguien andaba más despacio, ahí estaba uno de ellos acompañándole.

También hubo momentos de reflexión a través de las catequesis y de las misas que hacíamos y eran enriquecedoras.

De este Camino me llevo muchas sensaciones y todas buenas. Me permitió reflexionar, rezar y que con voluntad se puede hacer todo lo que uno se proponga. Que Dios está caminando conmigo y que, aunque haya piedras en mi camino, avanzando poquito a poquito, alcanzas la meta.

Para mí, realizar este viaje fue la mejor elección que he podido hacer.

Buen Camino. P.G.


Testimonio de Alba Núñez, joven de confirmación de la Parroquia Asuncionista Santa Teresita de Leganés.

¡El Camino de Santiago! No encuentro como definirlo, en pocas palabras: una experiencia maravillosa.

Al principio tenía la idea de que sería duro y a veces hasta aburrido, pero mi idea cambió desde el primer día, cuando me di cuenta de que era más duro de lo que pensaba pero desde luego nada aburrido, siempre hay algo que hacer, hablar, cantar, debatir, pero sobre todo, aprender. Desde el primer momento ha sido fantástico ir conociendo a todos, y también a gente que no era del grupo.

Y ¿qué decir de nuestro grupo? La convivencia ha sido genial, de todas las personas me quedo con algo, todos me han enriquecido y me han hecho crecer. He aprendido mucho de todos y lo agradezco, es por ellos que el camino se hizo más liviano.

Los preciosos paisajes, el buen tiempo, las pequeñas sorpresas de cada día, el compartir, encontrarte con el del albergue de hace dos días y volvértele a encontrar muchas mas veces, los momentos de reflexión y oración, y sobre todo el día en Santiago, el baile por la noche con los franciscanos y el paseo, al día siguiente, por la ciudad,… feliz de haber llegado y a la vez triste de que se terminara, en fin, tantas cosas buenas que han hecho del Camino algo único para mí. Se lo recomiendo a todo el mundo, grandes y pequeños. De hecho intento convencer a mi abuela, pues después de hacerlo con Federico de Reina del Cielo, nada me parece imposible.

Con todo, recuerdo que hace unos años fui a Santiago, y le pedí al apóstol que me permitiera realizar el Camino, hoy no sé cómo agradecérselo. En definitiva, yo estoy ansiosa por repetir.