Bautismo
HORARIO: Sábado último de mes a las 17:30h
OBJETIVO: Nacimiento a la vida cristiana.
PREPARACIÓN: El Sacramento del Bautismo, tiene lugar el último sábado de cada mes. Los padres que desean bautizar a sus hijos tienen durante las tres semanas que preceden al bautismo, un curso, los miércoles de 20 a 21 horas impartido por el párroco.
La finalidad del mini curso de preparación al Bautismo es que los padres y a ser posible los padrinos, sean conscientes de la importancia del Sacramento; de la obligación y responsabilidad que contraen de hacer lo posible por formar en la fe a su hijo o apadrinado.
La fe es un don maravilloso que constituye un verdadero regalo para los hijos que son educados en ella.
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO: El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.

CONFIRMACIÓN
La Confirmación lleva a plenitud el Bautismo mediante el don renovado del Espíritu Santo. Perfecciona al bautizado en su seguimiento de Cristo: el confirmado, lo mismo que Jesús, va a dar testimonio de la Buena Nueva, en unión con toda la Iglesia. (Cf. Hch 8,14-17)
La Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal:
- Nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir “Abba Padre” (Rom 8,15)
- Nos une más firmemente a Cristo;
- Aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo;
- Nos ayuda a perfeccionar nuestro vínculo con la Iglesia;
- Nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo, para ser testigos de la fe mediante la palabra y las obras; como verdaderos seguidores de Jesucristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz.
La Confirmación no es una meta, sino el sacramento que introduce al cristiano en la vida adulta y comprometida de la fe, desde una apertura permanente a la acción del Espíritu, con el fin de llevar a plenitud la vida nueva recibida en el Bautismo.
La Confirmación lleva consigo el compromiso de participar activamente en la dinámica comunitaria y misionera de la Iglesia. Por ello también la comunidad se compromete a:
- Acoger al bautizado – confirmado.
- Reconocer la acción del Espíritu Santo en él.
- Ofrecerle responsabilidades en la comunidad.
- A escuchar y valorar sus aportaciones como don del Espíritu.
Para significar esta unión, es el obispo, o uno de sus colaboradores, el que administra habitualmente la Confirmación. Le imponen las manos rezando sobre los confirmados, y después hace sobre su frente una unción con el santo crisma diciendo:
“Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”.
Lo mismo que en el Bautismo está marcado de forma indeleble, de tal manera que sólo se puede recibir una vez en la vida.
PASTORAL JUVENIL

Coordina: | Gema, Jesús y Pablo |
Día de reunión: | Domingos |
Horario: | Antes y después de la Eucaristía 19:30 |
Periodicidad: | Semanal |
I. OBJETIVO: | Tiene como objetivo la profundización EN LA FE y la vida cristiana de jóvenes EN COMUNIDAD. |
II. Desarrollo: | Somos un grupo de jóvenes a partir de los 16 años, interesados por profundizar en nuestra fe cristiana, a través de la oración comunitaria y la labor de apostolado en nuestra Parroquia. |
III. Organización de los grupos: |
◦ Tiene como principal cometido la catequesis para la preparación a la Confirmación; ayudar a discernir la vocación y suscitar debates sobre temas de interés general ◦ Por tanto, si por edad te identificas con el grupo, te quieres confirmar o bien te apetece unirte a un grupo de formación cristiana joven y dinámico, no lo dudes, ¡ESTE ES TU GRUPO!
◦ Tiene como principal actividad fomentar el debate y la profundización sobre temas de interés para la mayoría del grupo, enfocando el debate siempre desde una perspectiva cristiana joven y tratando de aplicar lo debatido al día a día de cada uno ◦ Si por edad e inquietudes te sientes identificado con este grupo de jóvenes que quieren vivir su fe aplicada a su día a día; te atrae la idea de la participación activa (las reuniones se suelen preparar entre todos) y aspiras a formar parte de un grupo que quiere llegar más allá de la estricta reunión dominical, no lo dudes, ¡ESTE ES TU GRUPO! |
IV. Actividades de ambos grupos: |
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V. CONVIVENCIAS: | Celebramos convivencias entre nosotros, con otras parroquias de la familia asuncionista y con otras familias religiosas de la Iglesia. En todas ellas oramos, reflexionamos, pensamos, buscamos, aprendemos, nos conocemos y nos divertimos. Son para nosotros experiencias muy importantes en nuestro camino. |
ETAPAS | EDADES |
Pastoral Juvenil I – Confirmación: | de 16 a 18 años. |
Pastoral Juvenil II – Consolidación: | de 18 a 25 años. |
EUCARISTIA
¿QUÉ ES LA EUCARISTÍA? PRESENCIA DE CRISTO
La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidente—forma, color, sabor, etc.— permanecen iguales.
La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, la celebración de la Eucaristía ( Fracción del Pan ) comenzó en la Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.
Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: «Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros… Este es el cáliz de mi Sangre…»
. Encuentro con Jesús amor
Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman. Es por tanto imposible generalizar acerca de ellos. Porque sólo Dios conoce los corazones de los hombres. Sin embargo sí debemos traslucir en nuestra vida, la trascendencia del encuentro íntimo con el Amor. Resulta lógico pensar que quien recibe esta Gracia, está en mayor capacidad de amar y de servir al hermano y que además alimentado con el Pan de Vida debe estar más fortalecido para enfrentar las pruebas, para encarar el sufrimiento, para contagiar su fe y su esperanza. En fin para llevar a feliz término la misión, la vocación, que el Señor le otorgue.
Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida, el Señor hoy nos dice a todos y a cada uno, lo mismo que les dijo a los Apóstoles «Con ansias he deseado comer esta Pascua con vosotros » Lc.22,15. El Señor nos espera con ansias para dársenos como alimento; ¿somos conscientes de ello, de que el Señor nos espera el Sagrario, con la mesa celestial servida.? Y nosotros ¿ por qué lo dejamos esperando.? O es que acaso, ¿ cuando viene alguien de visita a nuestra casa, lo dejamos sólo en la sala y nos vamos a ocupar de nuestras cosas.?
Eso exactamente es lo que hacemos en nuestro apostolado, cuando nos llenamos de actividades y nos descuidamos en la oración delante del Señor, que nos espera en el Sagrario, preso porque nos «amó hasta el extremo» y resulta que, por quien se hizo el mundo y todo lo que contiene (nosotros incluidos) se encuentra allí, oculto a los ojos, pero increíblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades.

RECONCILIACIÓN
Es la celebración del perdón de Dios. Por este sacramento los cristianos se reconcilian con Dios, con ellos mismos y con la Iglesia de la que se habían alejado por el pecado.
“Dios Padre misericordioso que reconcilió consigo al mundo por la muerte y resurrección de Jesucristo y envió el Espíritu Santo para el perdón de los pecados te conceda por el ministerio de la Iglesia el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Se puede solicitar en cualquier momento en los despachos.
HORARIOS
DIARIO MAÑANAS: Antes de las Eucaristías de la mañana ( 09:10 horas y 12:10 horas)
DIARIO TARDES: Antes de la Eucaristía de la tarde ( de 18:30 a 19:00 horas)
NOTA: Hay tres actos penitenciales comunitarios, al año, que son anunciados previamente.
Es la celebración del perdón de Dios. Por este sacramento los cristianos se reconcilian con Dios, con ellos mismos y con la Iglesia de la que se habían alejado por el pecado.
“Dios Padre misericordioso que reconcilió consigo al mundo por la muerte y resurrección de Jesucristo y envió el Espíritu Santo para el perdón de los pecados te conceda por el ministerio de la Iglesia el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

UNCIÓN DE ENFERMOS
Cada año tenemos una celebración comunitaria de la Unción de los Enfermos y dos catequesis preparatorias.
La Iglesia cree y confiesa que, entre los siete sacramentos, existe un sacramento especialmente destinado a reconfortar a los atribulados por la enfermedad: la Unción de los enfermos
La Unción de Enfermos es el signo de que Cristo vence la debilidad y la enfermedad de los hombres, hasta la muerte.
“¡Curad a los enfermos! (Mt 10,8)
La Iglesia ha recibido esta tarea del Señor e intenta realizarla mediante los cuidados que proporciona a los enfermos y la oración de intercesión con la que los acompaña. Cree en la presencia vivificante de Cristo, médico de las almas y de los cuerpos (CIC n. 1509)
“Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te reconforte en tu enfermedad”.
La Unción de los enfermos «no es un sacramento sólo para aquellos que están a punto de morir. Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez
Si un enfermo que recibió la unción recupera la salud, puede, en caso de nueva enfermedad grave, recibir de nuevo este sacramento. En el curso de la misma enfermedad, el sacramento puede ser reiterado si la enfermedad se agrava. Es apropiado recibir la Unción de los enfermos antes de una operación importante. Y esto mismo puede aplicarse a las personas de edad avanzada cuyas fuerzas se debilitan.

MATRIMONIO
Necesitamos la ayuda de Dios, para ser muy felices en el matrimonio y llevar a cabo el proyecto de formar una familia
El matrimonio, en el plan de Dios, tiene como finalidad que los seres humanos, que son imágenes de Dios (cf. Génesis 1, 26-27), sean traídos a la existencia como fruto del amor, Amor que es Dios mismo (cf. 1 Juan 4, 8). El sentido de la existencia es el amor, fuera de él no hay vida ni felicidad auténticas. El matrimonio es un maravilloso diseño de Dios para que las imágenes de Él sean recibidas en el excelente amor humano de un varón y una mujer que se aman verdaderamente para toda la vida. El amor divino que crea el alma de la nueva persona humana (3), y el amor conyugal de los padres, dan por resultado el nuevo ser humano, don de Dios, ¡gloria de Dios! (4). Este hijo del amor debe ser educado en el amor y para el amor.
Nuestra relación con Dios y con nuestro cónyuge están muy íntimamente relacionadas: en un estado ideal deberían llevarnos la una a la otra. Pero nuestra relación con Dios no suple la relación con nuestro cónyuge y nuestra relación con nuestro esposo no suple nuestra relación directa con Dios (y por eso es vital tener momentos para hablar con Él, encuentros en los sacramentos… donde llenarnos de su Amor, amarle y aprender a amar mejor, en primer lugar a nuestro marido, claro). También resulta básico no esperar del marido / de la mujer que nos llene como solo Dios nos puede llenar. Es injusto para el otro exigirle una plenitud que no puede dar —ni nosotros podemos darla—. Como dice el papa en Amoris laetitia: “Hay un punto donde el amor de la pareja alcanza su mayor liberación y se convierte en un espacio de sana autonomía: cuando cada uno descubre que el otro no es suyo, sino que tiene un dueño mucho más importante, su único Señor. Nadie más puede pretender tomar posesión de la intimidad más personal y secreta del ser amado y sólo él puede ocupar el centro de su vida. Al mismo tiempo, el principio de realismo espiritual hace que el cónyuge ya no pretenda que el otro sacie completamente sus necesidades. Es preciso que el camino espiritual de cada uno —como bien indicaba Dietrich Bonhoeffer— le ayude a «desilusionarse» del otro, a dejar de esperar de esa persona lo que sólo es propio del amor de Dios. Esto exige un despojo interior. El espacio exclusivo que cada uno de los cónyuges reserva a su trato solitario con Dios, no sólo permite sanar las heridas de la convivencia, sino que posibilita encontrar en el amor de Dios el sentido de la propia existencia. Necesitamos invocar cada día la acción del Espíritu para que esta libertad interior sea posible”.
La celebración de la mutua entrega de la mujer y del hombre bautizados es sacramento o símbolo de la alianza de amor y fidelidad de Cristo a su pueblo.
El amor recíproco del varón y de la mujer vive de la gratuidad mutua. Los lazos que lo unen son frágiles porque dependen de la libertad.
En el sacramento, Cristo resucitado concede el don del Espíritu Santo a los esposos como garantía de la fidelidad mutua del varón y de la mujer y gracia para cumplir su vocación respecto a la apertura a la vida en los hijos y la educación de los mismos.
El sacramento es signo de la presencia de Dios en el amor y en la aceptación mutua entre el hombre y la mujer expresada en el consentimiento:
“Yo… te recibo a ti como esposa, yo… te recibo a ti como esposo… y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”.
¿QUERÉIS CONTRAER MATRIMONIO CANÓNICO EN IGLESIA?
¿No sabéis que tenéis que hacer?
Para empezar, tenéis que iniciar los tramites con una antelación mínima de cuatro o cinco meses, salvo casos de fuerza mayor.
– Tenéis que hacer el EXPEDIENTE MATRIMONIAL. Por orden de prioridad tenéis que iniciarlo en: la parroquia de la novia, o en la parroquia del novio, o en la parroquia en la que os pensáis casar, o en la parroquia del barrio donde vais a tener la residencia.
– Para iniciar el expediente se necesita:
– Lo primero y más importante realizar el CURSILLO PREPARATORIO AL MATRIMONIO (en este mismo apartado tenéis la información de los que se realizan en nuestro Arciprestazgo de San Estanislao de Kostka al que pertenece nuestra parroquia, así como la página web del obispado donde se amplía la información para todo Madrid).
Tenéis información de próximas fechas y se hacen en la Parroquia del Pilar y de San Vicente Ferrer.
– En los seis meses previos a la boda (no antes), debéis solicitar las PARTIDAS DE BAUTISMO en las parroquias de vuestros respectivos bautismos LEGALIZADAS EN EL OBISPADO cuando procede de otra diócesis.
– Fotocopia del DNI de los contrayentes que estén vigentes.
– Certificado de nacimiento del registro civil de cada uno de los contrayentes. En el caso de nacidos en Madrid el registro civil esta en la calle Pradillo, 42.
– Declaración jurada de soltería. Se obtiene también en el registro civil.
– Con todos estos documentos, llamar a la parroquia (teléfono 915736131) y concertar una cita para efectuar el EXPEDIENTE MATRIMONIAL. El día elegido deberéis presentaros junto con DOS TESTIGOS QUE OS CONOZCAN A LOS DOS y no familiares de los contrayentes, provistos de sus DNI. Se tarda en torno a una hora u hora y cuarto.

ORDEN SACERDOTAL
Los que reciben el sacramento del orden son consagrados para, en el nombre de Jesús, ser los pastores de la Iglesia con la palabra y la gracia de Dios.
Como los sacerdotes ejercen su ministerio. Cristo actúa por medio de ellos.
El sacramento del orden unge personas y las consagra al servicio comunitario para construcción de Reino.
“Te pedimos, Padre todopoderoso, que confieras a estos siervos tuyos la dignidad del presbiterado; renueva en sus corazones el espíritu de santidad; reciba de ti el segundo grado del ministerio sacerdotal sea, con su conducta, ejemplo de vida…”
Y al entregar la patena y el cáliz al nuevo sacerdote, el Obispo dice:
“Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor”.
